
Una de las cosas que más preocupa, es cómo desarrollar la trama del libro, sin fallar en el intento. Primero, para eso, tenemos que preguntarnos si somos escritores aventureros (pantsers), o escritores de guía (planners).
La diferencia entre pantsers y planners, es que, los primeros, se lanzan a escribir sin ninguna guía, improvisando en cada capítulo, y dejando que la historia los guíe a ellos, en lugar de que ellos guíen a la historia. Los segundos, planifican la historia de principio a fin, antes de escribirla, ya sea con, o sin detalles.
Y habemos escritores, que combinamos los dos métodos, o los alternamos, según la historia. Somos los plantsers.
En caso de que decidan que funcionan mejor escribiendo como pantsers, ¡adelante! Se pueden saltar el tema de la planificación. A mí me gusta escribir así, pero hay que advertir algo: en muchas ocasiones, se necesita hacer bastante edición sobre el borrador, así que solo uso esta forma, si sé que, después, voy a poder ponerme a editar durante meses enteros. Una buena forma de evitar eso, es llevar una guía escrita, ya sea en un archivo o un cuaderno, sobre lo que ya escribimos, así no metemos la pata. No es planificar, sino, hacer un inventario de lo que ya tenemos. Pero es un método que tiende a hacer que tengamos que trabajar mucho en la edición, sin importar si llevamos un registro de lo escrito.
La clave con este tipo de escritura, es que tengan muy activada la imaginación, algo que pueden conseguir con el método del que hablé en esta entrada.
Para ser plantser, se necesita combinar la improvisación, con un poco de panificación. En mi caso, opto por dejar que, lo más básico de la trama, surja solo, y, los detalles menores, o el final del libro, los planifico. Es un buen método, porque reduce la cantidad de errores y sinsentidos, y hace que la edición, sea un poco más fácil. Y nos ahorra un problema grande, que suele ocurrir cuando improvisamos, que es que nos atascamos, y no sabemos cómo seguir. Tener un final en mente, o una guía breve de lo básico que tiene que ocurrir, ayuda a que improvisemos mejor.
Para ser planner, se requiere un poco más de trabajo previo a escribir el libro. Un planner, planifica. Y, planificar, es armar una guía de la trama completa, que puede, o no, tener mucho detalle. Personalmente, no soy amiga de dar detalles excesivos en la planificación, la cual, escribo a mano en un cuaderno, y a la que llamo “outline“. Escribo lo básico que necesito que esté en el capítulo, lo suficiente como para que pueda guiarme sin problemas, pero no de forma exagerada, que termine pareciendo que escribí el libro en el outline.
Tengo una estructura para armar los outlines, que se compone de estas secciones:
- Carátula de la serie/saga (en caso de que sea una).
- Carátula del libro.
- Capítulos (una carilla A4 por cada uno, manuscrita; en computadora, de 300 a 500 palabras).
- Guía de personajes.
- Guía de lugares.
- Línea de tiempo.
Dependiendo de la extensión de la serie/saga/trama, al final, las hojas las dejo en el cuaderno, o las encuaderno aparte, para tener todos los resúmenes de la serie/saga juntos. También, lo hago cuando la trama de un libro es muy larga, y me ocupa más de un cuaderno, o muchas, muchas hojas. En cualquier caso, siempre, SIEMPRE, enumeren las hojas, porque si alguna se llega a soltar, o se rompe el anillado, y se mezclan las hojas, después lo van a lamentar mucho (sí, me pasó).
Paso a paso, cada una de las secciones de mis outlines, se componen de esta forma:
Carátula de la serie/saga: la uso para escribir el título que le asigné al conjunto de libros, en letras grandes, como una portada. Abajo, escribo datos como el/los género/s al/los que pertenece, la cantidad de tomos que tendrá, el objetivo total de palabras aproximado, y las fechas de inicio y finalización de la escritura del proyecto. Muchos de estos campos, los dejo vacíos, hasta que termino de escribir todo el resumen de la historia, y sé que no voy a tener que cambiarlos. También, a veces, anoto el campo “seudónimo”, que es donde decido con qué nombre lo publicaría, si más adelante, decido hacerlo.
Carátula del libro: lo mismo que en el paso anterior, pero con el título del libro, el número de tomo (libro 1, libro 2, libro 3, etc.), el objetivo de palabras de ese volumen en particular (un rango entre X e Y, según el género o la extensión que quiero que tenga), la cantidad de capítulos que tendrá, y las fechas de inicio y finalización de la escritura de ese tomo. Estos datos, no son obligatorios, pero me ayudan a diferenciar bien los tomos, ubicarme en la historia, mantenerme dentro de una extensión determinada de palabras, y para tener una idea de cuándo escribí los libros.
Capítulos: acá, incluyo prólogo y epílogo, en caso de que los haya. Suelo escribir el resumen de lo básico que tiene que pasar en cada uno, dividiendo escenas, y, a veces, hasta incluyendo diálogos. Si es necesario, le doy un título. No dejo que pasen de una carilla, ni, tampoco, dejo que sean de menos. ¿Por qué? Porque descubrí que es el espacio ideal para contar lo esencial que tiene que pasar en el capítulo, incluyendo detalles cruciales, y algún que otro diálogo importante, o para que se desate la acción de la escena. Más o menos, el resumen de un capítulo de mis outlines, queda así:
Capítulo 1: Una tormenta devastadora
- Juanito se despierta a la mañana, y descubre que está nublado. No le da importancia. Se va a la cocina a prepararse el desayuno, y cuando está sirviéndose el café, ve por la ventana que hay nubes muy oscuras en el horizonte. Se preocupa, porque parece una tormenta severa, y todavía no se secó bien el arreglo que hizo el día anterior en el techo. Sale al jardín, y ve que también hay mucho viento. Se encuentra a su vecino, Pedro, y le dice que teme que la tormenta sea fuerte. El vecino le dice que vio en la televisión que hay alerta de tornado. Juanito se asusta, y le dice que es una de las cosas que odia del lugar en el que viven. El vecino le dice que también, pero que es un lugar lindo. Él asiente, pero le pesa más saber que allí pueden ocurrir esas cosas, que el hecho de que sea un lugar agradable. Deciden comunicarse por celular si ocurre algo, y ambos regresan a sus casa.
- Cuando está dentro, Juanito decide tomar provisiones de comida, mudas de ropa, y va a buscar a su gato Bigotes. Se está yendo al sótano, pero, en el camino, empieza a escuchar la sirena de alerta de tornados, y se apresura. Cuando está dentro, asegura bien las puertas, y, durante horas, escucha el viento, arrasando con todo a su paso. Teme que, al salir, ya no quede nada de su casa, pero trata de confortarse, sabiendo que su gato y él, están a salvo. Espera que su vecino también se haya refugiado en el sótano, pero cuando intenta enviarle un mensaje o llamarlo, descubre que no tiene señal.
Parece un resumen muy largo, pero, como dije, suelo escribirlos a mano, y eso hace que una carilla entera A4, parezca mucho, pero no lo es. Si hacemos este mismo tipo de outline en la computadora, va a ocupar menos espacio. Posiblemente, abarque unas 300 o 500 palabras, exagerando mucho, por capítulo.
En general, aprovecho el espacio para plasmar diálogos que quiero que ocurran, y acciones importantes de los personajes, o detalles que tendrán sentido más adelante. El resto, sale de improviso en la escritura del libro. Lo importante, es que la base de los capítulos, y los detalles importantes, estén allí. No sirve de mucho anotar los que son muy menores, a menos que necesitemos que estén allí por algo.
Las escenas, las suelo separar con punto aparte, y viñetas.
Guía de personajes: es una guía que armo, con la información sobre cada uno de los personajes, incluyendo a los secundarios, y aquellos que aparecen solo una vez. La armo después de escribir el resumen de todos los capítulos. En las primeras páginas, pongo a los principales, que son los que más voy a usar, y, en las que siguen, a los secundarios, por orden de apariciones. Cuanto más aparecen, más adelante están, y, cuanto menos aparecen, más atrás los pongo. Suelo anotar datos básicos de ellos, como color de ojos, de piel, de pelo, etnia, religión, orientación sexual, sexo, género, familiares, edad, fecha de cumpleaños, etc. Y hago una mini biografía de cada uno, que no ocupe más de seis o siete renglones, para ubicarme en sus historias personales.
Guía de lugares: es una guía como la de los personajes, pero con fichas sobre los distintos lugares en los que se desarrolla la trama, como edificios, parques, monumentos, calles, etc. Tiendo a hacer una breve descripción de los lugares, y, si es necesario, pongo detalles de cómo y cuándo se crearon, quiénes son o fueron los dueños o fundadores, qué se hace allí, y demás. A veces, en esta sección, también incluyo planos y/o mapas, hechos a mano o en computadora, ya sea de edificios o ciudades, para guiarme mejor cuando escribo recorridos.
Línea de tiempo: también la hago cuando ya terminé los resúmenes de todos los capítulos, mientras los releo, así detecto errores, o incoherencias temporales. Es una línea horizontal, que hago en las hojas apaisadas (puede llevarme varias, así que uso entre 4 y 15 carillas, según las historias). En ellas, marco los días, meses y años, y ubico cada capítulo en la fecha correspondiente a la que ocurre. Por ejemplo: si digo que el capítulo uno, ocurrió a principios de enero de 2020, hago una llave sobre los primeros días de enero de 2020, y anoto “capítulo 1”. Si un capítulo, se desarrolla durante varios días, los marco uno por uno, y les asigno el hecho correspondiente. Ejemplo: “4 de enero de 2020: Juanito se refugió del tornado, con su gato Bigotes”.
La ventaja de hacer las líneas de tiempo, es que no solo nos ayudan a corroborar que, a nivel temporal, el resumen esté bien, sino, que nos sirven de guía mientras escribimos el libro.
Consejo: en la línea de tiempo, hagan frases muy escuetas. Si tienen que poner algún detalle de suma importancia, háganlo, pero no se trata de contar la historia allí, sino, de tener una guía.
Este tipo de outlines, los hago cuando son proyectos que superan las 50.000 palabras (el mínimo para que un libro sea considerado una novela). Cuando escribo historias infantiles, o cortas, o novelas cortas, uso otro método, similar a este, pero, en lugar de resumir en un cuaderno, resumo en tarjetas chicas (papeles de 10 cm x 15 cm, aproximadamente). En esos casos, los resúmenes de los capítulos, son similares, pero con menos palabras (entre 150 y 250). A veces, hasta con dos o tres frases, nada más. Hay quienes usan este método en historias grandes, y también funciona. En mi caso, siento que desarrollo mejor las historias largas, en resúmenes más largos, en los que pueda explayarme más en los detalles y acciones, y donde pueda resolver los detalles complejos en ese momento, y no cuando tenga que escribir el libro.
Además, es posible combinar los dos métodos, y resumir solamente las acciones en los capítulos, y, los detalles de cada uno, ponerlos en una tarjeta adicional. Todo depende de lo que funciona para nosotros.
Esta no es la única forma de armar un outline. Hay montones. Es la que funciona para mí, y con la que puedo organizarme bien. Puede servirles a ustedes, pero, si no lo hace, pueden combinarla con otras, o armar la suya propia. Lo importante con los outlines, es organizarse bien con los capítulos y las escenas, y con lo que ocurre en la trama.
P.d.: Pedro, el vecino de Juanito, sobrevivió. Y Juanito llevó al sótano comida para gatos, así que Bigotes no sufrió.